Pilotar una moto es una experiencia apasionante, pero enfrentarse a diferentes condiciones meteorológicas puede añadir un desafío extra a cualquier trayecto. La lluvia, el viento, la nieve y la niebla requieren habilidades específicas y medidas de precaución adicionales para garantizar la seguridad. Desde NG BRAKES compartimos contigo las recomendaciones clave para mantener el control y disfrutar del viaje, sea cual sea el clima.
Bajo la lluvia: suavidad y precaución
La lluvia reduce considerablemente la adherencia de los neumáticos al asfalto, duplicando el riesgo de deslizamiento. En estas condiciones, evita maniobras bruscas y opta por una conducción suave. Para minimizar el riesgo de aquaplaning:
- Circula por las zonas más secas de la carretera y evita charcos o alcantarillas.
- Mantén el manillar firme y, si sientes que la moto patina, suelta el acelerador hasta recuperar la tracción.
- Reduce la inclinación en las curvas y aumenta la distancia de seguridad para disponer de más tiempo de reacción.
Ten en cuenta que las primeras gotas de lluvia pueden formar una película muy resbaladiza al mezclarse con la suciedad del asfalto, aumentando el riesgo de caída. Evita también pisar superficies pintadas como pasos de cebra, ya que se vuelven extremadamente deslizantes al mojarse.
Con viento: mantén el control y la estabilidad
El viento fuerte, especialmente en ráfagas, puede desestabilizar fácilmente una moto. Para combatirlo:
- Adopta una posición aerodinámica acercándote al depósito para reducir la resistencia al viento, intentando mantenerte dentro de la cúpula lo máximo posible.
- Inclina ligeramente el cuerpo hacia el lado del que sopla el viento y sujeta el manillar con firmeza.
- Evita circular cerca de camiones u otros vehículos voluminosos que puedan generar turbulencias peligrosas al adelantarlos.
- Reduce la velocidad y utiliza marchas más cortas para ayudarte a mantener un mayor control frente a las ráfagas de viento.
Nieve y hielo: máxima precaución o evita circular
Condiciones meteorológicas como la nieve y el hielo son especialmente complicadas para las motos debido a la drástica reducción de la adherencia. En estos casos lo mejor es no coger la moto, pero si no puedes evitar circular:
- Conduce a baja velocidad y evita maniobras bruscas.
- Usa más el freno trasero que el delantero para mantener la estabilidad.
- Aprovecha las huellas dejadas por otros vehículos para mejorar el agarre.
- Prepara la moto con cadenas de nieve.
Cuando hay niebla: visibilidad y concentración al máximo
Moverse en moto con niebla es un reto que exige prudencia y atención extrema. La visibilidad reducida puede dificultar la percepción de la velocidad y de los obstáculos en la carretera, por esta razón hay que seguir una serie de precauciones:
- Mantén las luces cortas y, si cuentas con ellas, enciende las luces antiniebla. Evita usar las largas, ya que pueden reflejarse en la niebla y deslumbrarte. Incluso, si lo ves necesario, puedes encender los
- Circula a baja velocidad y aumenta considerablemente la distancia de seguridad.
- Si la visibilidad es demasiado limitada, detente en un lugar seguro hasta que las condiciones mejoren.
- Mantente atento a los sonidos a tu alrededor para detectar la presencia de otros vehículos y, una vez que la niebla se disipe, recuerda que el asfalto estará mojado, lo que requiere una conducción
Circular en moto en condiciones meteorológicas adversas puede ser desafiante, pero, con las precauciones adecuadas, es posible minimizar los riesgos. Adaptar tu pilotaje al clima, mantener la concentración y asegurarte de que tu moto está en perfecto estado son claves para disfrutar del trayecto con seguridad. Recuerda siempre priorizar tu bienestar y que, si las condiciones son demasiado extremas, optar por posponer el viaje o utilizar otro medio de transporte es siempre la mejor decisión.