Por lo general y más nos vale, las pastillas de freno son aliadas, pero a veces las compañías son de mal llevar. Por eso ante el titular de “Pastillas de freno, ¿aliadas o enemigas del disco? todo queda en el criterio y uso que le damos a esta combinación.
Empezamos con un poco de didáctica sobre el tema. En el mercado habitualmente hay 4 tipos de pastillas de freno:
Orgánicas, las que llevan de serie la mayoría de las motos. Suelen funcionar bastante bien si el nivel de exigencia no es extremadamente alto. Tienen mejores prestaciones a baja temperatura y suelen ser silenciosas, cosa de agradecer. Pero su durabilidad no es muy alta cuando se hace un uso intensivo ya que se desgastan y fatigan bastante rápido. La polivalencia de uso es su principal virtud.
Semi metálicas, quizás las que mejor relación de uso/prestaciones presentan. A mayor temperatura mejores prestaciones. Suenan un poco más que las orgánicas evidentemente por la mayor carga de metales y son un poco menos fiables a menor temperatura.
Metálicas, estas pastillas llevan un mayor componente de materiales tipo latón, bronce o cobre, hierro e incluso polvo cerámico, lo que se traduce en una mayor dureza y exigencia para el frenado. Son de altas prestaciones y se nota una calidad de frenado superior. A mas temperatura mejor respuesta pero al ser más abrasivas desprenden un polvillo sobre la llanta y el disco que debe limpiarse continuamente.
Carbono, no nos referimos a las de altísimas prestaciones para competición, casi prohibitivas a nivel de precio y de una durabilidad mínima, nos referimos a las que se pueden montar en motos de prestaciones cercanas a la competición o cuyos usuarios creen que pueden exprimir casi a esos niveles. En realidad no son íntegramente de carbono sino semi metálicas a las que se les ha agregado una capa pulverizada de carbono para mejorar las características de alta y baja temperatura. Muy abrasivas y de alto desgaste para el disco.
La principal señal de alarma en cuanto al desgaste de las pastillas de freno es cuando observamos una superficie lisa y brillante, no por el hecho de un cambio inmediato, sino porque la caída de eficacia no siempre es gradual, puede perderse muy rápidamente dándonos algún que otro susto. Nunca olvides que, salvo en contadas ocasiones, el sistema de frenado depende en gran medida del tipo de uso, conducción, tacto que sea capaz de transmitir el piloto.
Por eso nosotros también nos preguntamos si son aliadas o enemigas de los discos. El piloto es quien tiene la última palabra pero tu mecánico de confianza también es quien te puede asesorar y guiar sobre lo mejor para tu moto y por consiguiente para tu seguridad.