En un artículo anterior hicimos una pequeña introducción de Japón como cuna de las Big Four, las cuatro grandes marcas de motos japonesas que marcan la historia y desarrollo de las motos en el mundo. Ahora desglosaremos algunos datos y curiosidades de estas empresas que han dado un un valor tecnológico sin precedentes al sector de las dos ruedas. Hoy, hablaremos de Yamaha.
Detrás de cada una de estas marcas hay un fundador, un personaje cuya visión y tenacidad labró el futuro de estas actuales megacorporaciones. La de Yamaha es una de las historias más singulares del sector. En sus orígenes, Torakusu Yamaha (1851-1916), el fundador de la marca, fue un prestigioso artesano constructor de instrumentos musicales (piano y shamisens). Sus inicios quedan reflejados en los diapasones del logotipo que identifica a la marca. Su destreza en el tratamiento de las maderas lo convirtió en hábil especialista en las hélices de los aviones de guerra de la época.
Genichi Kawakami fue el presidente de la Yamaha Corporation de 1950 a 1977, y nuevamente de 1980 a 1983 y se le atribuye el éxito internacional de Yamaha.
La primera moto fabricada por la marca nació en la factoría Nippon Gakki (actualmente Yamaha Corporation). Se aprovecharon las instalaciones de mecanizado que se utilizaban en la producción de hélices de metal para aviación para desarrollar esta motocicleta y fue la Yamaha YA-1. Se diferenció de la competencia, que utilizaba casi únicamente el color negro para sus productos, pintando su modelo YA-1 en dos colores combinados, crema y marrón rojizo, lo cual dio origen a su apodo Aka-tombo (en castellano “libélula roja”).
Su vinculación al mundo de la competición, y especialmente a las categorías de velocidad, nos deja nombres tan ilustres como Giacomo Agostini, Johnny Cecotto, Kenny Roberts, Wayne Rainey, Randy Mamola, Jorge Lorenzo y Valentino Rossi. En 1979, Cyril Neveu ganó la primera edición del Rally París Dakar con una Yamaha XT500. Pero si hay un nombre propio en las competiciones del París Dakar es Stéphane Peterhansel, ganador en 6 ocasiones con una Yamaha YZE750T. En el año 1973 se ponía a la venta la RD 350, la primera moto de calle que instalaba un sistema de admisión por láminas. Un año más tarde, Yamaha revolucionó el mundo del motocross al implementar un solo amortiguador trasero. Fueron los inicios del sistema monoshock.
En 1983 nace la XT600 Ténéré, que era una versión modificada del modelo todoterreno de producción XT600. Pronto se convirtió en la elección natural de numerosos corredores de París-Dakar y en muy poco tiempo se llegaron a vender 61.000 ejemplares de este mítico modelo que permitía emular la aventura que simbolizaba el París-Dakar. La Yamaha FZ 750 se presentó en el salón de IFMA un año más tarde, en 1984, y se convirtió en la primera moto en equipar un motor de cinco válvulas por cilindro de más de 100 cv.
En 1995, Yamaha lanza la Majesty 250. Este es el scooter que desencadenó el auge sin precedentes del “gran scooter”. El diseño de alta calidad y la comodidad a bordo consolidaron la Majesty como líder en la categoría de gran scooter.
La TMAX conquistó el mercado con una gran revolución en el 2001. Una scooter revolucionaria con un motor bicilíndrico de 500 cc que presenta el comportamiento de conducción y el rendimiento de una motocicleta.
El lanzamiento de la primera moto inclinable de 3 ruedas del mundo, la NIKEN, en 2018, demostró el compromiso de Yamaha con la innovación. Además de su alto rendimiento, el diseño futurista y la especificación «premium» de la NIKEN abren una nueva dimensión en términos de control en la conducción.
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