Dic 2019

El invierno puede traer condiciones muy duras. Nieve, viento, granizo y en el mejor de los casos, frío intenso es lo que nos espera a muchos motoristas si vivimos en zonas donde esta época del año nos hace sufrir todo su rigor. Para conducir la moto sobre nieve, primero debemos tener en cuenta un par de factores que pueden ser determinantes. Es muy diferente que la situación nos sorprenda, por una mala previsión puntual y otra muy distinta es que afrontemos una ruta o desplazamiento sabiendo que nos podemos encontrar con una climatología adversa.

Hay concentraciones invernales que por la época del año que se celebran y la situación geográfica lo realmente sorprendente sería que hubiera un tiempo más amable que lo normal.

Una de las más conocidas por las extremas condiciones es la Elefantentreffen (quedada de elefantes en español) que se celebra en Alemania, cerca de la frontera con la República Checa, en los bosques de Baviera. La temperatura puede rondar -20 ºC. Por consiguiente quienes tienen pensado asistir ya lo hacen sobradamente preparados para afrontar esas condiciones.

Lo principal a la hora de enfrentarse ante una situación de nieve en la carretera es conservar la calma y el sentido común. Trataremos de seguir la huella que dejan en el asfalto los vehículos que nos preceden. Debemos buscar el máximo contacto con la superficie limpia de nieve, no hacer movimientos bruscos, anticiparnos a posibles frenazos conservando la distancia y tocando muy ligeramente el freno para evitar que se formen capas de hielo en las pastillas. 

En estas condiciones el proceso de frenado es tratar de estabilizar la dirección de la moto con el freno trasero, dando toques al mismo y a su vez ejecutar de manera gradual el delantero. Aquí hay ventaja para las motos dotadas de ABS pero igualmente no es la solución definitiva.

Se aconseja llevar una relación de marchas lo más larga posible, así no tendremos la sensación de que la rueda va traccionando en falso todo el tiempo con la moto sobre nieve.

Además tu postura debe ser relajada, atento por si tenemos que apoyar los pies y controlando la conducción desde el manillar y no tanto con el cuerpo. Los movimientos corporales pronunciados tienden apartarse del eje de equilibrio y se transmiten directamente sobre la moto.

La atención debe ser máxima, evitando zonas sombrías muy propicias a formar placas de hielo o extremando precauciones si han esparcido sal.

Hay pequeños trucos por si la cosa se pone realmente fea y no tenemos neumáticos adecuados, por ejemplo poner bridas de plástico alrededor de la goma. Otra fórmula es hacer lo mismo que lo anterior pero con una cuerda o con las cinchas de sujeción del equipaje, incluso con el cinturón de tus pantalones.

Esperamos que no tengas que llegar a tal extremo pero sobre todo recuerda, si vas con la moto sobre nieve te paras en el primer refugio que encuentres y a esperar que mejoren las condiciones o te auxilien. Suerte y prevención.