El pequeño genio de Mineápolis, Prince, lanzó un disco fenomenal en el año 1984 que se convirtió en todo un objeto de culto. Nos referimos a Purple Rain.
En la portada del disco de finales de 1984, se puede ver a Prince montado en una llamativa moto con carenado frontal, manillar levantado y reposa espalda que muchos creyeron identificar con una Harley Davidson. Es importante destacar que Prince tenía un cuerpo muy delgado que no llegaba a los 50 kg de peso y una estatura de 1,60 metros y, curiosamente, en la fotografía mencionada se le ve absolutamente proporcional con la moto. Con lo cual, conociendo estos datos, si tenemos en cuenta la proporcionalidad, es imposible que la moto que montaba Prince en el álbum Purple Rain fuera un modelo de Harley Davidson.
Prince se hizo esta foto encima de una Honda CM400A personalizada. Este modelo producido por Honda Motor Company de 1979 a 1982 era automático, de dos cilindros y equipado con encendido electrónico.
El asiento está tapizado en cuero negro con inserciones con forma de rombo de tonalidades púrpuras, y el carenado era un modelo de Vetter Windjammer de los años 70, aunque Tommy Summers dice que en realidad es un Howe Kutter. En cuanto al color utilizado, se trata del Plum Crazy C7 de la marca Mopar.
El disco Purple Rain fue la banda sonora de una película del mismo nombre, Purple Rain, donde The Kid (Prince), un músico pobre y atormentado por los problemas familiares, reproduce el maltrato que su padre da a su madre en su relación amorosa. Luchando por sobrevivir a una turbulenta vida familiar y a su propia ira, su talento se refugia en su música.
En la película se pueden ver imágenes de Prince transitando con la moto y, tal como explicamos antes, además de proporcionado respecto a la moto, da la apariencia de ser más grande que ella. La moto fue reconstruida para la película por Low Riders by Summers de Tommy Summers, una tienda fundada en el 79 que se especializa en helicópteros personalizados.
Las verdaderas dimensiones, customizada expresamente para el cantante, no salieron a la luz, o quizás nadie se tomó la molestia de averiguar este curioso detalle. De hecho, en su legado, Prince dejó numerosos automóviles y tres motos, una de las cuales era esta diminuta y curiosa Honda que dio un toque de vértigo a una maravillosa canción que siempre estuvo presente en cada uno de sus conciertos.