Sep 2018
frenar forma segura

No tenemos el manual perfecto de cómo evitar una frenada brusca o peligrosa pero con algunos consejos que comentaremos es posible frenar de manera segura en la mayoría de los casos.

Ante todo, la experiencia es un grado, y nunca mejor dicho. A medida que afrontemos más kilómetros y situaciones nos iremos anticipando a acciones que nos pueden evitar algún que otro susto.

Hay detalles que son muy importantes, como el terreno, las condiciones de seco o mojado y las circunstancias que nos rodean (tráfico de carretera, ciudad, campo, etc.). Esta variable es a la que nos tenemos que amoldar. No podremos cambiar el entorno, pero sí que podemos mejorar nuestra manera de enfrentarlo.

No podemos cambiar las circunstancias de nuestro entorno, pero sí adaptar nuestra conducción a él

Tal como explicamos al principio, la experiencia nos ayuda mucho. Hay situaciones previsibles y, en base a nuestra experiencia, podremos resolver ciertos contratiempos. Las imprevisibles es donde una visualización y “entrenamiento” previo nos puede ayudar a salvar el momento y salir airosos del compromiso.

El correcto mantenimiento de todo lo que implica un sistema completo de frenado más los neumáticos y las suspensiones son de vital importancia para quienes valoramos la seguridad ante todo. Un disco de freno en óptimas condiciones de resistencia, unas pastillas adecuadas y con el desgaste controlado, neumáticos con el dibujo apropiado y unas suspensiones óptimas ayudarán a la moto a frenar de manera segura.

Pero hay un detalle que no siempre se tiene en cuenta y es la sobredosis de confianza del piloto. Saber ir en bicicleta no quiere decir que sepamos conducir una moto. Salvando el ejemplo y las distancias físicas, vemos a diario gente que conduce una motocicleta con limitada habilidad. Nuestro consejo es practicar, practicar y  practicar. Podemos buscar una zona de parkings sin molestar a nadie y sin poner en peligro a terceros para hacer ejercicios de frenado gradual que es la base de nuestra seguridad.

Ejemplos simples como llevar toda la mano agarrada al puño nos da una idea de falsa seguridad para controlar la moto pero nos resta unos segundos importantísimos a la hora de afrontar un imprevisto y frenar de manera segura. Además, en casos así, se suele accionar la maneta con todos los dedos apretando lo que genera una fuerza mayor sobre la misma y una frenada más brusca, que puede ser contraproducente en según qué situaciones.

Depende el tamaño de la mano, pero llevar uno o dos dedos siempre sobre la maneta y sentir el tacto gradual de la frenada nos puede salvar de resbalones, siempre podremos aportar más dedos de fuerza si la situación lo requiere, pero de manera consciente.

Estos pequeños detalles son la diferencia entre una conducción segura y hacer de cada salida una lotería. Para estar al tanto de más novedades, ¿ya has hecho clic en la campanita de nuestra web para ser el primero en descubrir todas nuestras novedades?